Agosto nos ha dejado. ¡Sí, señores! Con un frío histórico en Levante y, como siempre, la sensación de que las vacaciones y el verano han pasado demasiado rápido. Al menos para mí, ya que esta temporada -más que otros años- ha transcurrido fugaz como un rayo. Vista y no vista.
Así pues, tengo la sensación de que poco he avanzado en la novela que llevo entre manos. Y, como en todos los primeros de septiembre, me gustaría retroceder en el tiempo y encontrarme a principios de verano para aprovechar mejor el sol, la piscina, el tiempo para la escritura, el tiempo libre (si acaso existe tal cosa)…
Siempre he querido tener una máquina del tiempo. ¿A vosotros no se os ha pasado alguna vez por la cabeza? A mí en estos momentos me apetecería tener una y trasladarme aquí, uno de los lugares que visité durante mis vacaciones junto a la familia:
Playa de las Catedrales (Ribadeo, Lugo). Fotografía de archivo propio |
Dejar la mente en blanco, el papel… y, cuando estuviera inspirada, dedicarme a escribir.
Ojalá que septiembre traiga vientos inspiradores para todos.
Un fuerte abrazo,
Isa
Qué bonita foto, Isa! a ésta me refería la noche que quedamos ^^ a ver si es verdad que Septiembre nos inspira a todos... y sino que lo haga Octubre en su lugar ;P
ResponderEliminarBesitos desde Vivalaohlalá!
Espero con todas mis fuerzas que nos inspire septiembre y no haya que esperar hasta octubre. ¡Qué tiempos tan difíciles! Tú me entiendes... Gracias por ello.
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