¡Manos a la obra! Nunca mejor dicho…

“¿A qué santo viene el título de esta entrada?”, os preguntaréis. Pues bien, como todos los veranos, cuando la mayoría de los españoles estáis de vacaciones, yo me doy a la faena. ¡A escribir se ha dicho! Manos a la obra (literaria). Chiste malo donde los haya. Me encantan los juegos de palabras basados en chistes malos…

Lamentablemente, se me ocurren dos o tres hechos que ensombrecen mi faena esta temporada. La primera es que, desafortunadamente, no haya realmente tanta gente de vacaciones como me agradaría debido a esta indeseable crisis. ¿Cómo puede haber gente de vacaciones si no hay trabajo? En segundo lugar, el curso y los exámenes me han obligado a retomar el trabajo demasiado tarde. Y, por último y no por ello menos importante, ¿cómo vencer el desánimo de continuar nombrando “trabajo” a esta actividad no remunerada? Es descorazonador.

Sin embargo, tengo la firme determinación de proseguir con una novela para adultos que dejé a medias el año pasado. Sí, amigos, para adultos. Porque mis primeros escritos fueron para lectores de dichas edades aun siendo yo muy pequeña y porque siento que debo cerrar esa historia de la cual os hablo como quien necesita cicatrizar una cruenta herida de guerra. Habrá tiempo para una segunda parte de Pablito, si así me lo pedís. ¡Tiempo al tiempo!

¡Allá vamos…!

Gracias por leerme hoy y espero que también en un futuro,

Isa